Hiperglucemia en la diabetes: Síntomas y causas

La hiperglucemia es el nivel alto de glucosa en la sangre, que afecta a las personas que tienen diabetes. La hiperglucemia puede causar problemas graves de salud, como daños en los órganos, infecciones, coma y muerte.

La hiperglucemia se puede prevenir y tratar con un buen control de la diabetes, mediante el seguimiento de la alimentación, la medicación, el ejercicio y el monitoreo de la glucosa en la sangre.

¿Qué es la hiperglucemia y cómo se diagnostica?

La hiperglucemia es el nivel alto de glucosa en la sangre, que se produce cuando el cuerpo no puede utilizar la glucosa de forma adecuada, debido a una falta o una resistencia a la insulina, la hormona que regula el nivel de glucosa en la sangre.

La glucosa es el principal combustible de las células, que se obtiene de los alimentos que contienen carbohidratos, como el pan, el arroz, la pasta, las frutas, los lácteos, las legumbres, los cereales y los dulces. La glucosa se almacena en el hígado y en los músculos, y se libera al torrente sanguíneo según las necesidades del organismo.

La insulina es la hormona que permite que la glucosa entre en las células, y que se mantenga un nivel de glucosa en la sangre adecuado, que es entre 70 y 110 miligramos por decilitro (mg/dl) o entre 3,9 y 6,1 milimoles por litro (mmol/l) en ayunas, y entre 140 y 180 mg/dl o entre 7,8 y 10 mmol/l después de las comidas.

La hiperglucemia se diagnostica mediante un análisis de sangre, que mide el nivel de glucosa en la sangre en ayunas, o después de una prueba de tolerancia a la glucosa oral, que consiste en tomar una bebida azucarada y medir el nivel de glucosa en la sangre dos horas después. También se puede diagnosticar mediante una prueba llamada hemoglobina glicosilada o A1C, que mide el porcentaje de hemoglobina, la proteína que transporta el oxígeno en los glóbulos rojos, que está unida a la glucosa, y que refleja el nivel promedio de glucosa en la sangre en los últimos tres meses.

Los valores de la hiperglucemia son superiores a los normales, que son inferiores a 100 mg/dl o a 5,6 mmol/l en ayunas, o inferiores a 140 mg/dl o a 7,8 mmol/l después de la prueba de tolerancia a la glucosa oral, o inferiores al 5,7% en la hemoglobina glicosilada. Los valores de la hiperglucemia son superiores a 126 mg/dl o a 7 mmol/l en ayunas, o superiores a 200 mg/dl o a 11,1 mmol/l después de la prueba de tolerancia a la glucosa oral, o superiores al 6,5% en la hemoglobina glicosilada.

Cómo inyectar Insulina

¿Qué síntomas provoca la hiperglucemia?

La hiperglucemia no suele provocar síntomas hasta que el nivel de glucosa en la sangre es muy elevado, por encima de los 180 a 200 mg/dl o de los 10 a 11,1 mmol/l. Los síntomas de la hiperglucemia se desarrollan de forma gradual, y pueden variar según la persona, el tipo y la duración de la diabetes, y el grado de control de la misma.

Los síntomas más comunes de la hiperglucemia son:

  • Aumento de la sed y de la boca seca
  • Aumento de la orina y de la necesidad de orinar, especialmente por la noche
  • Aumento del apetito y de la pérdida de peso, a pesar de comer más
  • Cansancio, debilidad y somnolencia
  • Visión borrosa y dificultad para enfocar
  • Dolor de cabeza y mareos
  • Irritabilidad y cambios de humor
  • Dificultad para concentrarse y para recordar
  • Infecciones frecuentes o que tardan en curarse, como las de la piel, las encías, la vejiga o la vagina
  • Heridas que no cicatrizan o que sangran con facilidad
  • Picazón o ardor en la piel, especialmente en los genitales
  • Aliento con olor a fruta o a acetona

Si la hiperglucemia no se trata, puede provocar una situación de emergencia llamada cetoacidosis diabética, que se produce cuando el cuerpo empieza a quemar grasas en lugar de glucosa, y se acumulan unas sustancias tóxicas llamadas cetonas en la sangre y en la orina. Los síntomas de la cetoacidosis diabética son:

  • Náuseas, vómitos y dolor abdominal
  • Respiración rápida y profunda
  • Pulso rápido y débil
  • Sudoración y piel fría y húmeda
  • Confusión, desorientación y alucinaciones
  • Pérdida de la conciencia y coma

La cetoacidosis diabética es una situación grave que puede poner en riesgo la vida, y que requiere atención médica urgente.

¿Qué causas originan la hiperglucemia?

La hiperglucemia se origina cuando el cuerpo no puede utilizar la glucosa de forma adecuada, debido a una falta o una resistencia a la insulina. Esto puede deberse a varios factores, como:

La diabetes

La diabetes es una enfermedad que impide que el cuerpo produzca o utilice la insulina de forma adecuada. Existen dos tipos principales de diabetes: la diabetes tipo 1, que se produce cuando el páncreas deja de producir insulina, y la diabetes tipo 2, que se produce cuando el cuerpo se vuelve resistente a la insulina.

Las personas con diabetes tienen que controlar su nivel de glucosa en la sangre, mediante el seguimiento de la alimentación, la medicación, el ejercicio y el monitoreo de la glucosa en la sangre.

La alimentación

La alimentación influye en el nivel de glucosa en la sangre, ya que los alimentos que contienen carbohidratos se convierten en glucosa al ser digeridos. Si se consumen más carbohidratos de los que el cuerpo puede utilizar, el nivel de glucosa en la sangre se eleva.

Por eso, es importante seguir una dieta equilibrada, baja en azúcares y grasas, y rica en fibra, frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado, carne magra, lácteos desnatados y frutos secos. También es importante moderar el consumo de alcohol, que puede elevar o bajar el nivel de glucosa en la sangre, según la cantidad y el tipo de bebida, y el momento de la ingesta.

La medicación

La medicación es un factor clave para controlar el nivel de glucosa en la sangre, especialmente en las personas con diabetes tipo 1, que necesitan inyectarse insulina varias veces al día, o en las personas con diabetes tipo 2, que pueden necesitar tomar medicamentos orales o inyectables que estimulen la producción o la acción de la insulina, o que reduzcan la absorción o la producción de glucosa. Si se olvida o se salta una dosis, o si se toma una dosis incorrecta, el nivel de glucosa en la sangre puede alterarse.

Es importante seguir las indicaciones del médico o del nutricionista sobre la medicación, y ajustarla según las necesidades y las circunstancias de cada persona.

El ejercicio

El ejercicio es otro factor importante para controlar el nivel de glucosa en la sangre, ya que ayuda a quemar la glucosa, a mejorar la sensibilidad a la insulina, a reducir el peso, a fortalecer el corazón, a mejorar el ánimo y a prevenir el estrés. Sin embargo, el ejercicio también puede afectar al nivel de glucosa en la sangre, según la intensidad, la duración y el tipo de actividad física, y el momento de la realización.

Debes ajustar la dosis de insulina o de medicación, según el tipo y la cantidad de ejercicio que se vaya a hacer, y medir el nivel de glucosa en sangre antes, durante y después del ejercicio, para evitar una hiperglucemia o una hipoglucemia. También es importante hidratarse bien, y llevar algún alimento o bebida que contenga carbohidratos, por si se presenta una hipoglucemia durante o después del ejercicio.

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El estrés

El estrés es una reacción del organismo ante una situación que se percibe como amenazante o desafiante, y que implica una serie de cambios físicos y psicológicos, que pueden afectar al nivel de glucosa en la sangre. El estrés puede aumentar la producción de hormonas como el cortisol, la adrenalina o el glucagón, que elevan el nivel de glucosa en la sangre, y disminuyen la acción de la insulina.

El estrés también puede alterar los hábitos de vida, como la alimentación, la medicación, el ejercicio y el sueño, que influyen en el nivel de glucosa en la sangre. Es esencial identificar y manejar las fuentes de estrés, y buscar formas de relajarse y de afrontar los problemas, como la respiración, la meditación, el yoga, la música, el humor o el apoyo social.

La enfermedad

La enfermedad es otra situación que puede alterar el nivel de glucosa en la sangre, ya que implica una respuesta inflamatoria e inmunológica del organismo, que puede aumentar la producción de glucosa y de hormonas que contrarrestan la acción de la insulina. La enfermedad también puede afectar a la alimentación, la medicación, el ejercicio y el sueño, que influyen en el nivel de glucosa en la sangre.

Es importante controlar el nivel de glucosa en la sangre con más frecuencia cuando se está enfermo, y seguir las indicaciones del médico o del nutricionista sobre la medicación, la alimentación y la hidratación. También es importante consultar con el médico si se presentan síntomas de hiperglucemia o de cetoacidosis diabética, o si la enfermedad no mejora o empeora.

¿Qué se puede hacer para evitar o tratar la hiperglucemia?

La hiperglucemia se puede evitar o tratar con un buen control de la diabetes, mediante el seguimiento de la alimentación, la medicación, el ejercicio y el monitoreo de la glucosa en la sangre. Algunas de las medidas que se pueden tomar son:

  • Seguir una dieta equilibrada, baja en azúcares y grasas, y rica en fibra, frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado, carne magra, lácteos desnatados y frutos secos. Se recomienda evitar los alimentos procesados, refinados y azucarados, como el pan blanco, el arroz blanco, la pasta blanca, los dulces, los refrescos, los zumos, las galletas, los pasteles, las patatas fritas o las salsas. También se recomienda moderar el consumo de alcohol, que puede elevar o bajar el nivel de glucosa en la sangre, según la cantidad y el tipo de bebida, y el momento de la ingesta.
  • Tomar la medicación adecuada, según la prescripción del médico o del nutricionista, y ajustarla según las necesidades y las circunstancias de cada persona. Se recomienda no olvidar ni saltar ninguna dosis, ni tomar una dosis incorrecta, y consultar con el médico o el nutricionista ante cualquier duda o cambio en la medicación. También se recomienda llevar siempre consigo la medicación, y un documento que indique el tipo y la dosis de la misma, por si se presenta una emergencia.
  • Hacer ejercicio físico regularmente, al menos 30 minutos al día, cinco días a la semana, y preferiblemente de tipo aeróbico, como caminar, correr, nadar, bailar o montar en bicicleta. El ejercicio físico ayuda a quemar la glucosa, a mejorar la sensibilidad a la insulina, a reducir el peso, a fortalecer el corazón, a mejorar el ánimo y a prevenir el estrés. Sin embargo, el ejercicio también puede afectar al nivel de glucosa en la sangre, según la intensidad, la duración y el tipo de actividad física, y el momento de la realización. Por eso, es importante ajustar la dosis de insulina o de medicación, según el tipo y la cantidad de ejercicio que se vaya a hacer, y medir el nivel de glucosa en sangre antes, durante y después del ejercicio, para evitar una hiperglucemia o una hipoglucemia. También es importante hidratarse bien, y llevar algún alimento o bebida que contenga carbohidratos, por si se presenta una hipoglucemia durante o después del ejercicio.
  • Medir el nivel de glucosa en la sangre con regularidad, y anotar los resultados en un diario o en una aplicación. Se recomienda medir el nivel de glucosa en la sangre al menos cuatro veces al día, o con más frecuencia si se tiene algún factor de riesgo, como una enfermedad, un estrés, un cambio en la alimentación, la medicación o el ejercicio. También se recomienda medir el nivel de glucosa en la sangre cuando se presenten síntomas de hiperglucemia o de hipoglucemia, o cuando se sospeche que el nivel de glucosa en la sangre está alterado. Se recomienda tener un objetivo de nivel de glucosa en la sangre, que se establece con el médico o el nutricionista, y que suele ser entre 70 y 130 mg/dl o entre 3,9 y 7,2 mmol/l antes de las comidas, y entre 140 y 180 mg/dl o entre 7,8 y 10 mmol/l después de las comidas.
  • Actuar ante una hiperglucemia, y seguir las indicaciones del médico o del nutricionista al respecto. Se recomienda tomar las siguientes medidas ante una hiperglucemia:
    • Beber agua o líquidos sin azúcar, para hidratarse y eliminar el exceso de glucosa por la orina.
    • Tomar una dosis extra de insulina o de medicación, según la prescripción del médico o del nutricionista, y medir el nivel de glucosa en la sangre cada hora, hasta que baje a un nivel normal.
    • Evitar comer o beber alimentos o bebidas que contengan carbohidratos, hasta que el nivel de glucosa en la sangre baje a un nivel normal.
    • Hacer ejercicio físico moderado, como caminar o montar en bicicleta, si el nivel de glucosa en la sangre es inferior a 250 mg/dl o a 13,9 mmol/l, y si no hay cetonas en la sangre o en la orina. El ejercicio físico puede ayudar a bajar el nivel de glucosa en la sangre, pero si es demasiado intenso o si hay cetonas, puede elevarlo más.
    • Buscar atención médica urgente, si el nivel de glucosa en la sangre es superior a 300 mg/dl o a 16,7 mmol/l, o si se presentan síntomas de cetoacidosis diabética, como náuseas, vómitos, dolor abdominal, respiración rápida y profunda, pulso rápido y débil, sudoración y piel fría y húmeda, confusión, desorientación y alucinaciones, pérdida de la conciencia y coma. La cetoacidosis diabética es una situación grave que puede poner en riesgo la vida, y que requiere atención médica urgente.

 

Elaboró:
Dr. Pável Eber Bautista Portilla
Experto en Diabetes y Síndrome Metabólico, Académico UNAM.

Fuentes:

Medline Plus, Hiperglucemia. www.medlineplus.gov/spanish

Mayo Clinic, Hiperglucemia en la diabetes. www.mayoclinic.org

Asociación Diabetes Madrid, Talleres educativos Online Hipoglucemia e Hiperglucemia. www.diabetesmadrid.org