La importancia del zinc en la diabetes

El zinc es un mineral esencial para el organismo humano, que interviene en más de 300 reacciones enzimáticas y en la regulación de la expresión de genes. El zinc tiene un papel importante en el sistema inmunitario, la reproducción, el crecimiento, el desarrollo, el metabolismo celular y la función neurológica.

Además, el zinc tiene propiedades antioxidantes, que pueden proteger al organismo del estrés oxidativo, un proceso que implica el daño de las moléculas celulares por los radicales libres.

El estrés oxidativo se ha relacionado con el desarrollo y la progresión de diversas enfermedades crónicas, entre ellas la diabetes. La diabetes es una enfermedad que se caracteriza por el aumento de los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre, debido a una deficiencia o resistencia a la insulina, la hormona que regula el metabolismo de los carbohidratos. La diabetes puede causar complicaciones a corto y largo plazo, como hipoglucemia, hiperglucemia, daño renal, cardiovascular, nervioso y ocular.

La diabetes se clasifica en dos tipos principales: la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2. La diabetes tipo 1 se produce cuando el sistema inmunitario del cuerpo destruye las células beta del páncreas, que son las encargadas de producir la insulina. La diabetes tipo 2 se produce cuando el cuerpo no responde adecuadamente a la insulina, o no produce suficiente.

La diabetes tipo 1 suele aparecer en la infancia o la adolescencia, y requiere la administración de insulina externa. La diabetes tipo 2 suele aparecer en la edad adulta, y se puede controlar con medicamentos, alimentación y ejercicio.

El zinc está involucrado en la función del páncreas y en la acción de la insulina, por lo que su deficiencia o su exceso pueden afectar al control de la glucosa en la sangre y al desarrollo de la diabetes. En este artículo, analizamos la importancia del zinc en la diabetes, y cómo puede ayudar a prevenir o mejorar esta enfermedad.

 

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¿Qué papel tiene el zinc en la diabetes?

El zinc tiene un papel fundamental en la diabetes, tanto en su prevención como en su tratamiento. Estos son algunos de los mecanismos por los que el zinc puede influir en la diabetes:

El zinc es un componente esencial de la insulina, y se almacena en las vesículas secretoras de las células beta del páncreas. El zinc ayuda a la síntesis, el almacenamiento y la secreción de la insulina, y a su unión con los receptores de las células. El zinc también protege a la insulina de la degradación por las enzimas. Por lo tanto, el zinc es necesario para mantener la producción y la acción de la insulina, y para evitar la hiperglucemia.

El zinc es un cofactor de varias enzimas que participan en el metabolismo de los carbohidratos, las grasas y las proteínas. El zinc ayuda a la oxidación de la glucosa, a la síntesis de glucógeno, a la inhibición de la gluconeogénesis y a la regulación de la lipólisis. Por lo tanto, el zinc es necesario para mantener el equilibrio energético y el uso de la glucosa como fuente de energía, y para evitar la hiperglucemia y la cetosis.

El zinc es un antioxidante que puede proteger al organismo del estrés oxidativo, que se produce cuando hay un desequilibrio entre la producción de radicales libres y la capacidad de defensa antioxidante. El estrés oxidativo puede dañar las células beta del páncreas, los receptores de la insulina, las membranas celulares y el ADN, y puede contribuir al desarrollo de la diabetes y sus complicaciones. El zinc puede prevenir o reducir el estrés oxidativo, al formar parte de enzimas antioxidantes, como la superóxido dismutasa, al quelar los metales prooxidantes, como el hierro y el cobre, y al inducir la expresión de proteínas antioxidantes, como las metalotioneínas.

El zinc es un modulador de la respuesta inmune, que puede afectar al desarrollo de la diabetes tipo 1. El zinc puede regular la actividad de los linfocitos T y B, que son los responsables de la reacción autoinmune que destruye las células beta del páncreas. El zinc puede inhibir la producción de citocinas proinflamatorias, como el factor de necrosis tumoral alfa y la interleucina 1 beta, que pueden inducir la apoptosis de las células beta.

También puede estimular la producción de citocinas antiinflamatorias, como la interleucina 4 y la interleucina 10, que pueden proteger a las células beta.

¿Qué beneficios tiene el zinc para la diabetes?

El zinc puede tener beneficios para la diabetes, tanto para prevenirla como para mejorarla. Estos son algunos de los beneficios que se han reportado en estudios clínicos y experimentales:

  • Puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Un metaanálisis de 2019 encontró que una ingesta moderadamente alta de zinc en la dieta podría reducir el riesgo de diabetes tipo 2 en un 13 por ciento. Otro metaanálisis de 2019 encontró que la suplementación con zinc podría prevenir la diabetes tipo 2 en personas con alto riesgo, como las que tienen prediabetes, obesidad o síndrome metabólico.
  • Puede mejorar el control glucémico en personas con diabetes tipo 2. Un metaanálisis de 2019 encontró que la suplementación con zinc podría mejorar el nivel de glucosa en sangre en ayunas, la hemoglobina glucosilada (A1C) y la sensibilidad a la insulina en personas con diabetes tipo 2. Otro metaanálisis de 2019 encontró que la suplementación con zinc podría reducir el nivel de glucosa en sangre después de las comidas y la resistencia a la insulina en personas con diabetes tipo 2.
  • Puede prevenir o retrasar las complicaciones de la diabetes. Un estudio de 2020 encontró que la suplementación con zinc podría prevenir el daño renal en ratas con diabetes inducida por estreptozotocina. Otro estudio de 2020 encontró que la suplementación con zinc podría prevenir el daño ocular en ratones con diabetes inducida por aloxano. Un estudio de 2021 encontró que la suplementación con zinc podría mejorar la función endotelial y reducir el estrés oxidativo en personas con diabetes tipo 2.

¿Qué fuentes de zinc existen?

El zinc se encuentra de forma natural en muchos alimentos, especialmente en los de origen animal, como la carne, el pescado, el marisco, los huevos, el queso y el yogur. También se encuentra en algunos alimentos de origen vegetal, como los cereales integrales, las legumbres, los frutos secos, las semillas y los vegetales de hoja verde.

La biodisponibilidad del zinc, es decir, la cantidad que se absorbe y se utiliza por el organismo, depende de varios factores, como el contenido de fitatos, oxalatos, fibra y otros minerales en los alimentos. Los fitatos, los oxalatos y la fibra pueden disminuir la absorción del zinc, mientras que otros minerales, como el hierro y el cobre, pueden competir con el zinc por los transportadores intestinales.

La cantidad diaria recomendada de zinc para los adultos es de 11 miligramos (mg) para los hombres y de 8 mg para las mujeres. Esta cantidad puede variar según la edad, el sexo, el estado de salud y las necesidades especiales, como el embarazo, la lactancia o la enfermedad. Algunos alimentos que son fuentes ricas de zinc son:

  • Ostras: 74 mg por 100 gramos (g)
  • Carne de res: 12,3 mg por 100 g
  • Germen de trigo: 12,3 mg por 100 g
  • Semillas de calabaza: 10,3 mg por 100 g
  • Chocolate negro: 9,6 mg por 100 g
  • Cacahuetes: 3,3 mg por 100 g
  • Queso cheddar: 3,1 mg por 100 g
  • Leche descremada: 0,4 mg por 100 g

 

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¿Qué precauciones hay que tener con el zinc en la diabetes?

El zinc puede tener beneficios para la diabetes, pero también puede tener efectos adversos si se consume en exceso o si se interfiere con otros nutrientes o medicamentos. Estas son algunas de las precauciones que hay que tener con el zinc en la diabetes:

  • No superar la ingesta máxima tolerable: se recomienda no superar la ingesta máxima tolerable de zinc, que es la cantidad máxima que se puede consumir sin riesgo de efectos adversos. La ingesta máxima tolerable de zinc para los adultos es de 40 mg al día. El consumo excesivo de zinc puede causar náuseas, vómitos, diarrea, dolor de cabeza, pérdida del apetito, alteración del gusto y del olfato, disminución de la inmunidad y toxicidad del cobre.
  • No consumir zinc junto con otros minerales: se recomienda no consumir zinc junto con otros minerales que puedan competir con él por la absorción o el transporte, como el hierro, el cobre, el calcio o el magnesio. Estos minerales pueden reducir la biodisponibilidad del zinc, y viceversa. Se aconseja tomar el zinc al menos dos horas antes o después de tomar estos minerales, o consultar con el médico la conveniencia de tomar un suplemento multimineral equilibrado.
  • No consumir zinc junto con ciertos medicamentos: se recomienda no consumir zinc junto con ciertos medicamentos que puedan interactuar con él, como los antibióticos, los diuréticos, los antiácidos, los anticonvulsivos o los antirretrovirales. Estos medicamentos pueden alterar la absorción, el metabolismo o la excreción del zinc, y viceversa. Se aconseja tomar el zinc al menos dos horas antes o después de tomar estos medicamentos, o consultar con el médico la posibilidad de ajustar la dosis o el horario de los mismos.

 

 

Elaboró: Noemi Domínguez Soto

Lic. en Nutrición y Educadora en Diabetes.

 

 

REFERENCIAS:

  • Kogan S, Sood A, Garnick MS. Zinc and Wound Healing: A Review of Zinc Physiology and Clinical Applications. Wounds. 2017;29(4):102-106.
  • Saper RB, Rash R. Zinc: un micronutriente esencial. Am Fam Médico . 2009;79(9):768-772.
  • Maxfield L, Shukla S, Crane JS. Deficiencia de zinc. [Actualizado el 28 de noviembre de 2021]. En: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL):